Jueves, Noviembre 21, 2024
Deportes

Hipnosis para tirarse a 142 km/h

Ander Mirambell, olímpico en skeleton, recurre a un mentalista para bloquear el miedo y potenciar el subconsciente durante los descensos sobre el hielo: “Para mí es un plus, ahora piloto mejor que nunca”.

Inquieto por naturaleza, el olímpico Ander Mirambell (Barcelona, 1983) ansiaba desde hace tiempo una vuelta de tuerca a su preparación en skeleton para afinar los descensos a todo trapo sobre esas largas lenguas de hielo, en los que su trineo alcanza los 142 km/h y su cuerpo se somete a fuerzas 5G. “Todo nace cuando mi hermano dejó de fumar gracias a la hipnosis”, introduce el deportista, de alma curiosa y mente abierta, dispuesto siempre a experimentar novedades para mejorar; “había probado con la meditación y algunas técnicas de relajación, pero di otro paso más. A él le funcionó y, aparte, descubrí que había gente que utilizaba la hipnosis para trabajar el instinto o para ir al dentista, por la alergia a la anestesia. Luego leí un artículo de un velocista de 100m que cuando escuchaba el disparo de salida se imaginaba que le perseguían los leones…”.

Y después llegó la conexión, el salto definitivo.

“Vino a verme a un espectáculo y más tarde coincidimos en el casting de un programa de la tele, Pura Magia (RTVE). Comenzamos a hablar y a partir de ahí pensamos que sería interesante probar”, observa Luis Pardo, el mentalista barcelonés (44) que desde hace 15 años practica la hipnosis y desde hace poco más de uno conectó con Mirambell, entusiasmado con el resultado. “Ahora piloto mejor que nunca”, dice el catalán, lastrado por una lesión de espalda que le iba comiendo el ánimo, hasta que decidió explorar el nuevo camino. “Consiste en entrar en un sueño relativamente profundo”, explica, “donde tú eres consciente de lo que hay a tu alrededor y todo parece muy real. Es similar a cuando te quedas dormido en el sofá, pero sigues oyendo la tele”, precisa.

“Se trata de trabajar el instinto, la capacidad de decisión y de abordar el tema del dolor”, prolonga Mirambell, que previamente ya había ejercitado la mente con un psicólogo del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat. En un deporte en el que cada maniobra se hace al límite, cada detalle vale un mundo. “Hay una gran parte de visualización”, detalla; “hay curvas a las que antes les tenía más respeto y ahora se me hacen más naturales. Es como si ya hubiera pasado por allí. Me aporta un punto extra de seguridad, porque en el skeleton debemos decidir en centésimas de segundo…”.

“Ander apenas tiene tiempo para pensar”, constata Pardo. “Así que trabajamos para que sea el subconsciente el que tome las decisiones. Son horas y horas de hablar, para moldear el subconsciente. Tratamos también de bloquear algunos miedos para que, por ejemplo, si en una curva va muy rápido y muy recto, sepa cuál es el límite al que puede llegar y no sea el miedo el que le frene. Está demostrado científicamente que el subconsciente reacciona de cuatro a siete segundos antes de que nosotros sepamos qué vamos a hacer cuando decidimos”, matiza el mentalista, recientemente consultado por un futbolista de Primera División.

Fuente: elpais.com

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