Servicio Jesuita a Migrantes por situación de venezolanos en la frontera: “Los DD.HH. no son hasta que me convenga”
Su director, José Tomás Vicuña, aborda lo ocurrido en los pasos fronterizos, luego de que el gobierno oficializara la exigencia de visa consular a ciudadanos de este país que deseen entrar a Chile.
SANTIAGO.- José Tomás Vicuña, director del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), criticó lo que consideró una falta de apoyo a los venezolanos migrantes que están en la frontera de Chile con Perú de parte de los Presidentes que han cuestionado al gobierno de Nicolás Maduro. “Falta la respuesta articulada de los Presidentes (que viajaron a entregar ayuda humanitaria a Cúcuta). Yo me imagino que para Juan Guaidó esto es una puñalada en la espalda”.
En conversación con radio Universo, aseguró que “la situación todavía sigue en Chacalluta, ayer en la noche al menos todavía había unas cincuenta personas y también lo que hemos visto es que en el paso Pisiga-Colchane empezó a llegar en un día, de un día para otro, cerca de 250 venezolanos. La situación es crítica en ambas fronteras del norte de Chile”. “Los países pueden establecer los requisitos que estimen conveniente, pero hay dos situaciones. Uno, Venezuela vive una situación muy compleja y la crisis está siendo en toda la región. Y por otro lado, ¿cómo es posible que hayan lactantes cuatro días a la intemperie sin alimentación, ha sido la sociedad civil la que les ha llevado alimentación, y las autoridades sólo se limitan a decir ‘no van a ingresar, no van a ingresar'”, añadió.
El director del Servicio Jesuita a Migrantes aseguró que sólo hay una carpa cerrada para operativos médicos y que el resto son sólo toldos. “Hay unos 200 metros de gente a la intemperie con niños, niñas y lactantes”, relató, y luego criticó al enviado desde el Ministerio de Interior a la zona, el asesor para temas de migración, Mijail Bonito. “Quien tiene que dar la respuesta de refugio no es Mijael Bonito o la PDI, hay autoridades y la ley así lo estima, es un proceso. Y la misma ley de Chile señala en su artículo 2 la posibilidad de solicitar refugio a quienes vengan de lugares donde hayan conflictos internos, violaciones a los DD.HH. Bueno, eso es Venezuela. Por qué Mijael Bonito tiene que decidir quién viene y quién no, tienen que ver autoridades competentes”, cuestionó. “Los países pueden establecer los requisitos que estimen conveniente, pero hay dos situaciones. Uno, Venezuela vive una situación muy compleja y la crisis está siendo en toda la región. Y por otro lado, ¿cómo es posible que hayan lactantes cuatro días a la intemperie sin alimentación? Ha sido la sociedad civil la que les ha llevado alimentación, y las autoridades sólo se limitan a decir ‘no van a ingresar, no van a ingresar'”.
Luego apuntó que esta decisión va a provocar el aumento del tráfico de personas, las muertes en la frontera por minas antipersonales y los ingresos irregulares. “¿Es el ideal que las personas entren bajo el sistema regular de visas? Sí. Pero hay que distinguir entre lo ideal y la realidad. Y la realidad es que hay lactantes en la frontera. Si yo tengo un hijo en otro país y no me dejan entrar, yo voy a hacer todo lo posible por entrar. Es una situación humanitaria”, señaló. “Es difícil que haya una luz cuando ayer Mijail Bonito en la frontera, por lo que nos informamos, decía ‘no ustedes no van a entrar a Chile’. El hecho que haya viajado desde Santiago refleja que la situación es crítica”, agregó.
Muro administrativo
Vicuña también reclamó una reacción de los países que se han involucrado en la crisis política de Venezuela: “Vemos que se necesita una respuesta articulada entre los países, la crisis ya está a nivel regional. Está cada país queriendo poner muros administrativos a las personas de Venezuela. Entonces, ¿luego de hablar más de un año de la violación de los DDHH en Venezuela, de ir para allá y todos hacemos esto? La crisis es mayor”, manifestó. También apuntó al acto en Cúcuta de febrero: “Los DD.HH. no son hasta que me convenga, acá se necesita una respuesta regional y así como viajaron distintos Presidentes (…) a entregar algo de ayuda humanitaria… La respuesta no se tiene que dar sólo en Venezuela, se tiene que dar fuera y ahí falta la respuesta articulada de los Presidentes. Yo me imagino que para Juan Guaidó esto es una puñalada en la espalda”, insistió. “Cuando dejamos a lactantes cuatro días (en la frontera) quiere decir que ya no nos sensibiliza la situación y que realmente ya no nos importa”, lamentó. “Es una realidad de Sudamérica y hay que asumir esta situación”, concluyó.