Francia e Italia planean nacionalizar grandes empresas ante crisis provocada por coronavirus
El ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, dijo el martes que el gobierno está dispuesto a recurrir a todos los medios, incluso las nacionalizaciones, para “proteger” a las empresas francesas amenazadas por la pandemia del coronavirus.
“No dudaré en emplear todos los medios a mi alcance para proteger a las grandes empresas francesas”, afirmó Le Maire en una rueda de prensa telefónica.
“Esto se puede hacer a través de la capitalización o compra de participaciones. Incluso puedo usar el término nacionalización si fuera necesario“, añadió.
Algunos grupos, como Air France-KLM, están sufriendo en el mercado bursátil y han visto cómo su capitalización se desvanece en unos pocos días.
Otras grandes empresas francesas, como Renault, PSA, o Michelin, han anunciado el cierre de sus plantas en Francia, y Airbus suspendió su producción en Francia y en España durante cuatro días para poder adaptarse a las exigencias de higiene y seguridad impuestas por la pandemia.
Alitalia
Por su parte, el gobierno italiano anunció el martes que ha previsto, la nacionalización de la compañía aérea Alitalia, en grandes dificultades financieras desde hace años.
El consejo de ministros “prevé la constitución de una nueva sociedad íntegramente controlada por el ministerio de Economía y de Finanzas, o controlada por una sociedad con participación pública mayoritaria, incluso indirecta”, precisa un comunicado publicado en la madrugada del martes y que contiene una serie de medidas económicas.
Según la prensa, Roma prevé una partida de 600 millones de euros para el conjunto del sector aéreo nacional, en el que Alitalia es predominante.
Un nuevo llamado para comprar Alitalia fue realizado hace menos de dos semanas, el 5 de marzo, y las empresas o fondos interesados tenían hasta el 18 de marzo para significarse, según un documento publicado en el sitio de la compañía.
Alitalia, que se enfrenta a una dura competencia de las compañías de bajo coste, no puede rivalizar con las demás compañías tradicionales al carecer del tamaño suficiente, en un sector en el que se ha producido un importante movimiento de concentración en los últimos años.
La empresa pierde unos 300 millones de euros por año. En 2018 tuvo 22 millones de pasajeros, contra los 91 millones de Easyjet, los 142 millones de Ryanair y los 180 millones de Lufthansa y Delta Airlines.