Jueves, Noviembre 21, 2024
Nacional

La Cuenta más difícil de Piñera y el fantasma de la realidad paralela

Al interior del oficialismo saben que el mensaje presidencial de hoy sobre lo acontecido el último año no es fácil, ya que la revuelta de octubre de 2019, el acuerdo del 15 de noviembre que abrió un proceso constituyente y el mal manejo tanto de la pandemia como de la crisis económica, son episodios marcados por los errores que ha cometido la administración piñerista. El principal miedo en el oficialismo es que las palabras del Presidente no se condigan con la realidad de la ciudadanía, como ha sido la tónica de sus recurrentes discursos en estos meses. “El tono de la ‘nueva normalidad’ no se puede repetir, no puede haber winners en medio de tanto dolor, cuando hay gente que ha muerto y familias que pasan hambre”, advirtió un parlamentario de Chile Vamos.

Llegó el día de la aplazada Cuenta Pública del Presidente Sebastián Piñera, las más difícil de sus dos periodos, según reconocieron en estos días personeros de Gobierno. Es que la nueva rendición de cuentas del Mandatario ante el Congreso Pleno está inevitablemente marcada por la dura crisis económica y sanitaria que azota al país, como también por el hecho de que La Moneda atraviesa uno de los momentos políticos más débiles, con una aprobación ciudadana excesivamente baja y poca credibilidad.

Para tratar de aminorar este complicado cóctel, esta semana el Mandatario realizó un cambio de gabinete que tuvo como objetivo cerrar al menos un flanco: la crisis interna del oficialismo y la fuerte división que existía entre las huestes de Chile Vamos con su propio Gobierno. Por eso, el Jefe de Estado incluyó en su equipo ministerial a figuras con mayor tonelaje y relevancia en los dos principales partidos de la derecha, RN y la UDI. Por eso dejó ir a Gonzalo Blumel, rostro de su apuesta por un gabinete de jóvenes líderes que instaló en pleno estallido social, y en su reemplazo nombró como ministro del Interior a Víctor Pérez, un histórico dirigente gremialista. Ese habría sido el máximo gesto del Presidente a la ciudadanía, aseguraron desde La Moneda

La Cuenta Pública es el 1 de junio, pero este año y tras una negociación con la oposición, la ceremonia fue aplazada para este viernes 31 de julio, bajo el argumento que en ese momento había que poner toda la atención en la lucha contra la pandemia, una postergación que le dio un respiro a Piñera. No hay que olvidar que, a fines de mayo, el Gobierno no había dado con la tecla para sentar las bases de su estrategia contra la pandemia, el copamiento de los sistemas de salud estaba a la vuelta de la esquina, mientras aumentaban las víctimas fatales de la crisis sanitaria. Desde La Moneda se pensaba en esos días que, al correr el mensaje presidencial ante el Congreso Pleno, tendrían el tiempo suficiente para enfrentar este rito institucional con un mejor escenario, uno mucho más favorable, con logros concretos sobre la mesa, pero nada de eso ocurrió.

Lo que no estaba en los cálculos de nadie en el Gobierno es que el Presidente Piñera llegaría a esta Cuenta Pública con porcentajes casi tan bajos como el 6% que le dio la CEP en medio del estallido social. La encuesta Tú Influyes le entregó solo un 9% de aprobación, cuatro puntos menos que el mes anterior, mientras que en otros sondeos se reafirma su tendencia a la baja.

Al interior del oficialismo saben que la rendición de cuentas de lo acontecido el último año no es fácil, ya que la revuelta de octubre de 2019, el acuerdo del 15 de noviembre que abrió un proceso constituyente y el mal manejo tanto de la pandemia como de la crisis económica que ha golpeado los bolsillos de millones de familias, son episodios marcados por los errores que ha cometido la administración piñerista. En el Gobierno hasta ayer no había mucha confianza en que con este discurso el Presidente pueda remontar el complejo momento, pero en el equipo de comunicaciones de Presidencia al menos estarían apostando a redoblar esfuerzos por intentar hacer “más cercano” a Piñera.

“El desfonde del Presidente como actor de la pandemia y como Presidente, está con menos de dos dígitos, ya no hay mucha expectativa con respecto al Presidente, está asumido que desde el Presidente no va a venir nada”, explicó el analista electoral Axel Callís y encargado de la encuesta Tú Influyes. En la última edición del estudio, el 91% de los encuestados dijo rechazar la administración del actual Mandatario.

Piñera lleva dos semanas de intenso trabajo preparando su mensaje. En Palacio saben –dadas las medidas de confinamiento por el coronavirus– que gran parte de las pantallas en los hogares estarán sintonizando el discurso presidencial, por lo que no es menor el tono que utilice el Jefe de Estado.

Ante la falta de hitos que destacar, el Mandatario puso de cabeza a sus asesores y equipos ministeriales a buscar “logros que resaltar”, enfocados en la recuperación de la crisis sanitaria y el plan “Paso a Paso”, junto a la reactivación económica y del empleo en el país. Son esos ejes, junto a los ya conocidos llamados a la unidad, los que resaltaría Piñera esta noche.

Con el objetivo de desviar el sentimiento de pesadumbre que existiría en la población y que queda de manifiesto en las diferentes encuestas, desde Presidencia y el segundo piso de La Moneda instruyeron a los diferentes ministerios para que entregaran los datos positivos de la gestión de cada cartera, algo imposible en varias reparticiones por decir lo menos, considerando la crisis política, económica y social.

En el seno de La Moneda advirtieron que no es factible que en el mensaje presidencial exista una autocrítica profunda o realista del manejo de las crisis política, sanitaria y económica, que vaya más allá de frases hechas como que “siempre las cosas se pueden hacer mejor” o que “nunca es suficiente”. Eso, porque en Palacio reconocieron que ni siquiera en las conversaciones más francas en el Gobierno existiría una real introspección y cuestionamiento al trabajo realizado.

Temor en Chile Vamos

El principal miedo en el oficialismo es que hoy el Presidente muestre una realidad paralela, que no se condiga con la realidad de la ciudadanía, tal como ha sido la tónica de sus recurrentes discursos en medio de la pandemia. “El tono de la ‘nueva normalidad’ no se puede repetir, no puede haber winners en medio de tanto dolor, cuando hay gente que ha muerto y familias que pasan hambre”, advirtió un parlamentario de Chile Vamos.

En la derecha destacaron que el cambio de gabinete y la inclusión de rostros como el del extimonel de RN Mario Desbordes –uno de los artífices de la aprobación del proyecto del 10%–, puede ser un bálsamo momentáneo para el rechazo que genera el Presidente en la población, “pero no es definitivo” y que durante la Cuenta Pública Piñera “debe demostrar que puede dar más a la gente que lo está pasando mal”.

Al interior de la bancada de RN reconocieron que el Primer Mandatario “está al debe” en materia de liderazgo y que ha sido un factor que ha incidido en el estado de “un país dividido que difícilmente podrá superar la crisis pospandemia”. Pese a que ven esta Cuenta Pública como una oportunidad, hicieron hincapié en que si el mensaje presidencial “no tiene un compromiso total con la reactivación y la clase media, de un apoyo sustancial y decidido a la clase media, esta Cuenta Pública va a estar de más”.

“El gran desafío del Presidente de aquí a los próximos 19 meses es la unidad del país. Hoy día Chile está dividido, quebrado, necesitamos recomponer esta fractura y volver a ser ese país unido, manteniendo sus facciones y posiciones, pero con una unidad de propósito, capaces de poder lograr lo que se selló el 15 de noviembre, poner por delante las ideas de Estado, más allá de los ideologismos y los partidos”, recalcó otro parlamentario oficialista.

Un tema que está al debe y que es reconocido por todos en Chile Vamos, es el fracaso y mala imagen que han tenido las políticas de ayuda a las personas más pobres y la clase media. A los problemas en la tramitación de los beneficios de Ingreso Familiar de Emergencia, el último de los cuales demoró en su aprobación por la falta de indicaciones del Ejecutivo; el desfonde del Plan para la Clase y la tardanza y falta de logística en la entrega de caja de alimentos y el Bono COVID, se suma que la única política aplaudida transversalmente por la ciudadanía ha sido el retiro del 10% de los fondos de las AFP, un ley a la que se opuso férreamente el Gobierno y el propio Mandatario. “Lo único positivo que pasó con esto fue que, tras la aprobación, el Presidente promulgó y no siguió con las críticas”, agregaron desde el oficialismo.

“Espero que se marque el plan para poder salir de la crisis sanitaria, pero sobre todo, también, de cómo acogemos a la familia desde un punto de vista social, cómo profundizamos la ayuda social a las familias chilenas, pero por sobre todo espero un énfasis muy fuerte en la recuperación económica y la recuperación de empleos”, señaló la senadora UDI, Eva Von Baer, la nueva jefa de la bancada.

En la oposición no hay mucha expectativa de lo que pueda decir el Presidente y reconocieron que es probable que haya más salidas de libreto que anuncios. El vicepresidente del Senado, Rabindranath Quinteros (PS), afirmó que espera “más humildad del Presidente de la República, que de verdad escuche a todas las personas e instituciones. Desde la oposición hemos aprobado todos los proyectos que el Ejecutivo ha enviado al Congreso, evidentemente les hemos hecho mejoras, pero La Moneda no ha querido cambiar su estrategia de privilegiar la economía antes de las personas. El Presidente ha tratado la pandemia como si les afectara solo a las empresas y no a la ciudadanía”.

El nuevo vocero de Gobierno, Jaime Bellolio, adelantó que “esta es una Cuenta Pública distinta a las anteriores, porque se da en un contexto diferente y esto significa que el Presidente va a entregar una hoja de ruta para los próximos 20 meses que todavía quedan del Presidente Piñera. Y, por supuesto, que también se va a hacer un análisis de lo que han sido los últimos meses, meses muy complejos para nosotros, en términos sociales, en términos institucionales, entonces obviamente se hará una revisión de lo que ha significado la pandemia, pero también lo que ha significado el Chile post 18 de octubre y cuáles son los planes, de aquí en adelante, cuál es el proyecto político que presentará el Presidente Piñera para los chilenos en los próximos meses que nos quedan”.

Los ejes claves

Una ruta con “certezas y claridad” del camino que llevará el país los próximos 20 meses, es lo que en su propio sector le exigen al Mandatario para el mensaje de hoy.

Para el analista Carlos Correa, el Gobierno “tiene una lista de tareas que resolver. La primera es la pandemia, dejar trabajar al ministro Enrique Paris y que funcione el plan de desconfinamiento. Luego está la seguridad pública, el transporte y coordinación con los alcaldes”. Agregó que si el Presidente Piñera “se centra en eso y deja de lado la preocupación por su trascendencia, de si es el mejor Gobierno de la historia, de la transición, esas cosas inventadas en el segundo piso que quedaron enterradas, la cuenta no va a ser un éxito, porque el Gobierno no pasa por un buen momento, pero al menos tendría algún sentido”.

Dentro de la derecha social están de acuerdo con esta premisa. Creen que la única salida para lograr “unidad en esta época” es que el Presidente llegue con una batería de propuestas fuertes en las materias que le interesan a la ciudadanía, principalmente el sistema de pensiones y las deudas de las familias. “Si realmente creemos que la capitalización individual es fundamental, tenemos que hacer una profunda reforma previsional, más de la que hoy está en el Senado”, destacó un parlamentario de Chile Vamos.

“El proyecto del Senado queda corto para lo que necesita el país y las AFP han sido parte del problema y no de la solución y el Gobierno y el ministro Ignacio Briones no lo logran entender, es el momento para lograr que el sistema se acomode a los nuevos tiempos. Ese sería un gran anuncio para la Cuenta Pública, un broche para su Gobierno”, agregaron desde la Cámara de Diputados.

Para Axel Callís, la Cuenta Pública debería estar orientada “principalmente en los mecanismos para reactivar la economía de Chile. Dos focos, mucho gasto público, mucho, obra pública y proyecto que amortigüe la caída en el empleo. Por otra parte, acompañamiento con los sectores más golpeados con la pandemia (…). En el plano subjetivo, el Presidente tiene que ser garante y tiene que anunciar que el plebiscito se hará y va a ser seguro, porque la esperanza de las personas está puesta en la participación institucional, en el plano de lo político simbólico”.

La seguridad de realizar el plebiscito del 25 de octubre y evitar que una segunda ola del coronavirus lo entorpezca, es una prueba que el Mandatario debe sortear en los próximos meses. En ese sentido, en el oficialismo y la oposición esperan que Piñera ponga “mayor énfasis” en que el Gobierno asegurará la realización “de este hito democrático que fue acordado por todos”.

Fuente: El Mostrador

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