Jueves, Noviembre 21, 2024
Columna de Opinión

Un domingo de emociones y esperanzas

Por: Mauricio Araneda Reyes. Académico Universidad Alberto Hurtado. (UAH)

Esperanzadora jornada, inédita en la historia de Chile, que ha iniciado sus distintos períodos constitucionales por rupturas donde ha primado la fuerza. Se ha iniciado el funcionamiento de la Convención Constituyente que fue dispuesta en la reforma acordada el día 15 de noviembre de 2019.

La jornada comenzó en los mismos lugares donde se expresó la ciudadanía, de forma contundente, acompañada de ceremonias de nuestras naciones originarias. No estuvo exenta de dificultades, pero finalmente primó la empatía, la comprensión y el reconocimiento a la diversidad de nuestro territorio. Que se refleja en los colores del espacio dispuesto en el ex Congreso Nacional.

Las principales menciones a Chile en las bases de datos científicas son hacia la revolución capitalista, en palabras del profesor Manuel Gárate, que significó la imposición de un orden político y económico que se expresó en todas direcciones y en todos los aspectos de la vida cotidiana de nuestra joven república.

El emotivo discurso de la Dra. Elisa Loncón, acompañada por la “autoridad originaria del pueblo mapuche”, en palabras de la presidenta del órgano constituyente, nos recuerda que la soberanía reside en el pueblo de Chile y que el entender y comprender las lenguas es la base del diálogo entre diferentes que sueñan con un proyecto común que se expresa en un nuevo acuerdo entre el Estado y quienes lo conforman.

Muchos esperamos que esta etapa del proceso, de final abierto, que forma parte de una gran transformación de nuestro país, concluya con un texto que dé mayor legitimidad a nuestra democracia y comience a abordar los múltiples conflictos que no se han canalizado por nuestro orden poscolonial vigente.

Tan importante como el resultado es el proceso y ojalá, Chile, sea citado por ser un país que tuvo la oportunidad histórica de cambiar, sobre la base del diagnóstico de un órgano paritario, y que aborda todas las formas de dominación, reconociendo las múltiples naciones de nuestra larga y angosta faja de tierra de la cual nos sintamos orgullosos como sus hijas e hijos.

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