Jueves, Noviembre 21, 2024
Columna de Opinión

Una reflexión a propósito de la transmisión del mundial de Qatar

Por: Cristián Bahamonde Osorio, Magallánico, 44 años, Comunicador Audiovisual.

“La presente columna de opinión es de urgente actualidad. En Chile, el qué no tiene lucas no ve el mundial cómo corresponde. El partido que todo el mundo quiere ver, la televisión abierta no lo transmite. Argentina – México, no es parte del paquete de partidos que Chilevisión y Canal 13 compraron para transmitir fútbol a cuenta gotas.

Hace unos años atrás un ex presidente socialista, aplaudido por la derecha decía que “En Chile, el mercado no puede ser la solución de todo”, mientras vendía y concesionaba cómo orate. Era qué no.

Mientras en países con televisiones públicas robustas, el mundial es un derecho, en Chile hay que pagar, y la mal y perversamente llamada TV Pública Chilena, por primera vez en la historia, no transmite el mundial. Es el fútbol una línea de demarcación social?. Claro que sí!!!!!.

Argentina – Arabia Saudita y la debacle de la selección de Messi, en Chile y de manera insultante, fue transmitida con casi 3 días de retraso. El mundo popular ve el mundial con desfase. Un reflejo del modelo chileno. Brutal, abusivo, altanero, inmisericorde.

Estamos a horas del partido que todo el mundo quiere ver. Argentina sufriendo y caminando por la cornisa, mientras la TV Chilena se enjuaga la boca con camioneros conspiradores (De nuevo) y pautas sangrientas y tinta roja.

El fútbol en Chile, también es un privilegio. Cómo todo. Algún purista dirá que hay cosas más importantes que 22 deportistas corriendo detrás de una pelota, pero lo que esconde ese discurso es un modelo caníbal, descarnado, insensible, refrendado por parlantes débiles y moldeables.

Direct TV, la señal oficial del mundial, es el operador de cable con menos clientes en Chile. O sea, el hincha que está viendo el mundial realmente en vivo, representa un porcentaje ínfimo del futbolero (a) chileno (a), y nadie dice nada.

Las gambetas del gran Estupiñán, la sapiencia de Busquets, la bravura de Godín, la agilidad de los japoneses doblegando a Alemania y los errores del sobredimensionado Dibu Martínez, son, en Chile, realidades pixeladas, transmisiones que se pegan y acrobacias televisivas irritantes.

El gran Andrés Wood, en su grandísima “Historias de Fútbol”, nos mostraba las peripecias que se realizaban en el Sur de Chile para ver a la selección de Caszely, Figueroa y Yáñez en España 82. Hoy, las cabreolas limitan con lo inimaginable y en la práctica, el acceso al mundial da cuenta del Chile de hoy. Distante, indolente, desconectado del sentir del grueso del alma popular.

Sin plata, no hay goles. Corta…..Y a llorar a la FIFA”.

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