Modernidad puesta en riesgo en América Latina
Por: Eduardo Reyes Saldías, Administrador Público, Cientista Político.
Analizando la realidad, vivimos hoy una verdadera revolución latinoamericana en contra de un sector social, político y económico, que se ha tomado las instituciones republicanas, haciendo inútil la democracia, eso ha levantado a los pueblos desde ee.uu hasta Chile.
Dudar de esto, decir que es un ideologismo, a la vez que estamos viendo lo que pasa en Perú (no es necesario alargarse) es como vivir realmente en un verdadero “realismo mágico”, hay una manera de facismo (gorilismo) latinoamericano, consistente en separar los intereses de los parlamentarios (representantes) de los de la ciudadanía que los elige, a la vez que la concentración de las élites en barrios condicionados para Alemania, que a la vez conviven con barrios que han tenido financiamiento del Estado, condicionados para Mongolia, como ya lo dijo Branko Milanovic: “Los más ricos en Chile ganan como los más ricos de Alemania y los más pobres como en Mongolia”, por tanto el clivaje es muy claro en un punto, los partidos políticos no son representativos, hay una división total entre sociedad y élite, creo que ese es el análisis que debe primar en el debate y no esta cuestión triste de qué “curil” ocupa cada uno y como nos dan los números.
Las instituciones deben ser intervenidas o las sociedades simplemente se van a romper. Estamos un paso sobre Perú y no podemos esperar que la revuelta salga a la calle, como demanda de cambio inmediato.
Por poner el punto de educación, solo la vida es espacio, la sala de clases actual explicativa, hoy quedó superada por los equipos tecnológicos, que permiten hacer sociabilidad en el multiverso.
Imagínense que usted o yo, somos profesores de historia de secundaria y le pedimos al curso que nos juntemos en el espacio virtual, que vamos a terminar todos participando de “la quema de Roma por Nerón”, del mismo modo como si jugáramos un juego con amigos, pero esto es una clase.
Ahí lo que funciona es la deliberación del individuo situado, ese que es sí mismo, que mira y se hace un juicio, el cual es propio por naturaleza, todos los sabemos, pues es lo que nos permite decir que somos de la especie humana o bien que “pienso, luego existo”, etc.
De ahí entonces, vamos a la modernidad, porque al final, ésta se nos proyecta hoy como una radicalización, como una víaben que la democratización de las conciencias de los individuos en su propio espacio (como inconciente colectivo del cual se participa) sosteniendo el tiempo en su mente, como una condición tambien propia, en el que la tecnología llena el vacío de aquello que la condición humana sueña como un derecho, pero que también pide ser propio, como un derecho.
Por eso estamos en una radicalización de la modernidad, porque ésta supuso la igualdad como condición de la humanidad y trabajó para ello, teniendo un gran éxito entre nuestra generación latinoamericana, en la que crecimos bajo el sueño redentor de la democracia, cosa que en los 90, puso al “descreme” de los cuadros sociales, a trabajar en los distintos gobiernos continentales.
En esta cuestión cada uno que vivimos el momento, podemos y debemos tener una opinión, razón por la cual, en esto, yo me voy a escudar y tomar como propiamente válida para mí, la idea del maestro Ricardo Ffrench-Davis, quien con gran acierto ha podido sintetizar en su libro “La Pandemia Neoliberal”, una tesis que alcanza a colocar a las políticas públicas, como una causa relevante en la desigualda que vive hoy la “globalización” y/o mundialización, en la cual hoy nos encontramos.
Luego el bienestar que los chilenos piensan “merecer”, que ven a diario (pues somos una sociedad que piensan que el dinero se produce en los cajeros electrónicos), los chilenos vemos el logro que produce la posesión de los bienes, que el acceso a las fuentes de dinero, que normálmente proviene desde el Estado, dineros que están producidos para generar un mayor bienestar a los chilenos, con el fin de devolver esa “dignidad” o “soberanía”, depositada en el voto, que no en balde se llama voto “representativo”, y el sistema en que se repredenta es la “democracia representativa”.
Por eso insisto en el punto, porque el gran logro de la modernidad, sólo se consigue a través del pago justo y a tiempo, más su buena distribución de los impuestos, los cuales administra el Estado y representa el “gran botín” de la política contingente, en la que bregan todos los intereses que existen en la sociedad.
¿Qué pasa en Chile?, eso lo sabemos, somos una de las economías más desiguales del planeta; ¿qué ha cambiado en con el bienestar de los chilenos, después del 62% del “rechazo”?, pues nada, nada de nada ha cambiado para los chilenos, de hecho estamos peor en cualquier encuesta (las malas y las peores), todas ellas indican que para los chilenos nada ha cambiado su condición de vida, cosa que sabemos que salimos a pedir como condición del contrato social, lo mínimo pedido fue una mayor igualación en las condiciones de vida de los chilenos.
En esto, la encuesta CEP supo enlistar los más importantes puntos de preocupación para los chilenos, los cuales son bastante lógicos. Enfoquémonos en los primeros cinco:
1.- Delincuencia
2.- Salud
3.- Pensiones
4.- Educación
5.- Narcotráfico
Opino que lo que hay que proponer es un acuerdo nacional respecto a éstas primeras cinco cuestiones y hay una metodología fácil para hacerlo desde el PDC, sólo se necesita cruzar los programas de Yasna Provoste y Gabriel Boric.
Es ampliamente probable que al hacerlo, resulte un 80% de acuerdo. Entonces la pregunta es si ¿estamos de acuerdo con nuestro propio programa de gobierno?